Marihuana, lectura y lenguaje: ¿Cómo es leer drogado?

Muchos consumidores de marihuana consideran que un subidón interfiere con su capacidad de lectura, mientras que otros afirman que puede mejorar su habilidad lectora y de comprensión de idiomas extranjeros. ¿De qué manera puede un subidón afectar a nuestra capacidad lectora y de comprensión? ¿Y bajo qué condiciones puede el cannabis mejorar esas habilidades?

Según mi punto de vista, déjame comentarte cuáles son los errores más importantes que cometen los consumidores de marihuana dentro del contexto de la lectura o comprensión de idiomas:

1. Dosis demasiado alta

Si el subidón es demasiado potente, podrías tener dificultades al leer porque podría afectar en exceso a tu memoria a corto plazo, por citar un ejemplo concreto. Puedes perder el hilo de lo que estás leyendo y, por tanto, de la historia completa.

2. Marihuana de una variedad incorrecta o envejecida

El subidón de la marihuana no solo depende del contenido en THC, sino también del carácter de las sustancias restantes: este es el famoso efecto séquito o entourage del cannabis. Algunas variedades contienen proporciones mayores de los terpenos linalool o mirceno, que se sabe que son sedantes, y productos degradados de los terpenos o cannabinoides como el metabolito de cannabinol (CBN) que, en combinación con el THC, también puede contribuir a que te sientas soñoliento y cansado en vez de concentrado y ser capaz de leer o comprender el lenguaje hablado.

La facilitación de la lectura bajo los efectos de la marihuana

Otros usuarios, sin embargo, han advertido que la marihuana, en realidad, les ayuda en el proceso de la lectura. Robert Burruss, colaborador del proyecto de la página web de Lester Grinspoon marihuana uses.com, describe su antiguo yo como un analfabeto funcional a la edad de 31 años. Mientras que en ese momento podía leer palabras sueltas, captar la esencia de los textos e incluso obtener el significado de algunas frases, cuenta que realmente nunca entendía el significado de las oraciones completas, ni de los textos escritos por otros. Un día, se sentó, dio unas caladas a un porro y abrió el libro El Amante de Lady Chatterley para «buscar palabras obscenas»:

«No tengo memoria de los momentos previos a aprender a leer. Quizás sólo pasaron unos segundos. Tal vez minutos. No lo sé. No lo sé. Todo lo que recuerdo es abrir el libro en un lugar al azar, o quizás en múltiples lugares al azar, y lo siguiente que sé es que estoy caminando por un sendero de piedra con flores al lado, hacia la casa del jardinero, que tiene un techo de paja. El cielo en la escena mental que las palabras escritas estaban creando es grisáceo, y el aire es confortablemente cálido y ligeramente húmedo.

El tipo de teletransporte que el libro y el porro provocaron esa noche… fue la primera vez en mi vida que las imágenes mentales habían sido creadas por palabras impresas. Hasta esa noche no había podido comprender frases de más de tres palabras. Hasta esa noche había pensado que todo el mundo leía de esa manera, mirando palabras y frases y luego inventando una interpretación -muy personal, por supuesto, aunque entonces no lo sabía- de la intención del escritor. El ver de imágenes mentales – ¡y nada menos que de palabras impresas! – fue la segunda gran revelación de mi vida». [1]

Sabemos por muchos otros informes y estudios que durante una subida de marihuana a menudo se mejora el proceso de la imaginación – ya sea visual, auditiva, la imaginación gustativa, olfativa o táctil. En este caso, la capacidad de asociar escenas visuales con frases parece haber ayudado al lector sin formación Robert Burruss a que finalmente llegara a un punto en el que podía comprender plenamente el significado de las oraciones enteras.

Muchos otros lectores han comunicado una intensificación de la visualización durante la lectura, lectores que aprecian la subida producida por los efectos psicoactivos de la marihuana para proporcionarles una experiencia vívida y gráfica de las historias que leen. Muchos otros piensan que una subida puede ser útil para centrar su atención mientras leen. Además, una subida claramente «psicoactiva» puede permitir a los usuarios mantener su atención en un texto sin que se cansen o pierdan el hilo.